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Por: Ana Lucía Vallejo
Juana Ramírez, colombiana radicada en México, visitó Quito para presentar su conferencia “¿Qué pones en una maleta para volver a empezar? en el marco del Foro LID presentado por la Organización Mujeres por Ecuador.
Esta emprendedora de alta impacto de la aceleradora mundial ENDEAVOR, ganó el premio anual de Ernst and Young, Entrepreneur of the Year 2015, en la categoría de empresa en desarrollo, la revista Forbes la nombró una de las 30 promesas de negocios en 2016, fue incluida en el ranking de las 100 Mujeres Poderosas de México 2016 y la revista Entrepreneur la seleccionó como una de los cinco RockStars de la innovación 2017.
Juana es una emprendedora que ha logrado transformar el mercado de atención a pacientes con enfermedades crónico-degenerativas catastróficas, a través de SOHIN, empresa que fundó en 2009, con la cual da empleo directo a 120 colaboradores y genera más de 500 empleos indirectos en México. Este año, inició operaciones en Colombia y Argentina.
Conversamos con ella para conocer su historia de éxito.
En tu ponencia mencionaste que cada persona debe encontrar su pasión, ¿cómo encontraste la tuya?
La pasión es algo que te conmueve genuinamente. Yo soy psicóloga, así que la sensibilidad humana hace parte de mi capacitación profesional, y he dedicado toda mi vida a atender pacientes que tienen estos padecimientos, así que es muy difícil no sensibilizarse en torno a todo lo que significa el reto de enfrentar una enfermedad como el cáncer, así que mi inspiración fue cómo resolverlo.
Todo el mundo busca el momento “eureka” de un emprendedor exitoso, te preguntan cómo se te ocurrió y cuándo pasó, pero no funciona así. Lo que funciona es tener una enorme capacidad de observación que te va mostrando un camino de desarrollo y de inspiración. Así que, en mi caso, cada momento en el que no existieron las condiciones para que una persona fuera atendida de manera adecuada me hizo pensar en que hay que cambiar las cosas. Y cada momento de quiebre, situación política, social, los profundos problemas que tenemos en nuestros países son materia de sobra para inspirarse y encontrar necesidades a ser resueltas.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que has tenido que enfrentar en tu camino de emprendimiento?
El mayor desafío es hacer que las cosas pasen, es hacer que sea posible, es hacerlo con los recursos que tienes disponibles. En materia de acceso a financiamiento e inversión, por supuesto que ha habido un reto muy relevante, pero el reto es día a día. Hoy estoy en cómo escalo y cómo internacionalizo el modelo. Cuando superas un reto, al día siguiente ya hay un reto nuevo.
¿Qué es el éxito para ti?
El éxito tiene que ver con ese sentimiento íntimo de plenitud. Yo me siento una mujer plena y realizada, con un montón de imperfecciones, con un montón de deseos no concluidos, pero justamente de eso se trata vivir. Para mí sentirme plena cada día es estar haciendo lo que me apasiona, poder vivir de eso, porque entonces no es trabajo realmente, es el exquisito ejercicio de vivir.
¿Cómo quieres trascender?
Trascender es vivir para tocar positivamente a otras personas. Es hermoso conocer las historias de la gente con la que he tenido la oportunidad de trabajar. Trasciendo a través de la gente que trabaja en mi organización, con cada uno de los colaboradores que tienen una fuente de trabajo y desarrollo a través de SOHIN. Trascendemos a través de cada paciente y cada familia que tocamos. Trasciendo cada vez que tengo la oportunidad de hablar en este tipo de foros, de mujeres, de emprendedores, de decirle a la sociedad que sí es posible y que, no es solo posible, sino que es necesario que nos comprometamos con ser verdaderos motores de transformación.
Dijiste en tu charla: “lo que crees, creas”, ¿en qué crees tú Juana?
Yo creo en la capacidad que tenemos los seres humanos para transformar nuestra realidad.
Yo creo en la gente disciplinada y trabajadora.
Yo creo en el amor verdadero, en la lealtad combinada con fidelidad.
Creo en que apostarle a la honestidad y la transparencia y resistirse a la corrupción es un camino correcto.
Creo en la educación y creo profundamente en tener una vida productiva.