¿Has sentido alguna vez que no puedes vivir sin una persona? Yo sí! que sensación tan abrumadora es sentir que no tienes una vida propia sino que vives a través de otra.
De acuerdo a la kabbalah los seres humanos venimos a aprender a ser y vivir libres de ataduras, a conectarnos con la fuerza y la libertad de ser un alma en un cuerpo y salir de las limitaciones mentales y sensoriales que el cuerpo y la mente provocan.
Cómo entonces podemos caer en una sensación de que si no vivo con esta persona no podré vivir. De dónde sale ese pensamiento tan alejado de nuestra verdad esencial?
Cuando crecimos sintiendo la necesidad constante de una presencia física, emocional amorosa por parte de nuestros padres y esta necesidad por una u otra razón no es satisfecha, crecemos inseguros, buscando siempre llenar ese vacío a través de otros.
¿Es culpa de nuestros padres? no lo creo! Los hijos no vienen con manual de necesidades.
Sin embargo sí es nuestra responsabilidad como adultos el entender que no hay nadie afuera que pueda hacernos sentir seguros, tenemos que darnos a nosotros mismos seguridad, cuidado y amor.
¿Cómo se hace esto? Cada vez que respetamos y cumplimos las promesas que nos hacemos a nosotros mismos, cada vez que ponemos sanas distancias, cada vez que conocemos nuestros límites y sabemos marcarlos para protegernos estamos dándonos esa seguridad, ese amor, ese cuidado que buscamos afuera.
Cada vez que te cumples lo que te ofreces, cada vez que dices no aun cuando eso signifique no encajar estas dándote cuidado y bienestar a ti mismo.
Por el contrario cuando no te cumples lo que te ofreces, cuando estás dispuesto a dejar ir tu autenticidad, tu bienestar a cambio de encajar y hacer felices a otros estás abandonandote y lógicamente descuidandote, esto crea en ti un vacío existencial tan grande que vas por la vida de manera errática buscando cualquier cosa que lo llene.
Si en este proceso aparece otro ser humano que aparentemente tiene la capacidad de llenar ese vacío, nuestra reacción natural es entregarse ciegamente a esa persona, creando adicción a esa persona porque creemos que es la fuente de nuestro bienestar.
Pronto sus acciones nos muestran que no, que no es la fuente de nuestro bienestar y esto aumenta nuestro vacío, exactamente igual que cualquier adicción más se aleja, más necesidad tengo.
¿Cómo sanamos esto? desde la visión de la kabbalah recordando que existe una sola fuente de bienestar en el universo que es el Creador, el Arquitecto, el infinito como prefieras llamarle, que esa fuerza habita en ti y que está ahí para proporcionarte todo lo que necesitas para tener una vida plena y con significado.
La vida que deseas depende de cuánto estás dispuesto a conectarte con esa fuente que te habita y que nos habita a todos.
Conectate con tu propia fuente de amor y seguridad, está esperando que lo hagas.
Patricia Jurado U.
Patricia es directora–fundadora de “Fundación Kabbalah Ecuador” e instructora. Desde sus plataformas comparte esta sabiduría, es Master franqueada del método Kabbalah de Casa y la plataforma Ingenieria del alma para Latinoamérica y Miami.
Escribió 7 Principios Kabbalistas para educar a nuestros hijos, su podcast “Kabbalah es simple” tiene un gran público alrededor del mundo.
Síguela en: www.vivirkabbalah.com Instagram: @patriciajuradou, Spotify: Kabbalah es simple.
Se formó como conferencista con Ismael Cala en Miami, es ecuatoriana y madre de dos hijos.