Hoy quiero dedicar este artículo a todas las personas que por la pandemia mundial se han visto obligadas a estar solas.
Crecimos y vivimos intoxicados de imágenes, películas, series, novelas e incluso libros de historias románticas en las cuales dos seres se encuentran de manera completamente sincronizada para ser felices sin problemas; redes sociales llenas de parejas que se prometen amor eterno frente a la torre Eiffel y nos brota la pregunta: ¿qué queda para mí? ¿Dónde está el amor? ¿Dónde está mi alma gemela?
La kabbalah, una sabiduría con más de 5.000 años de antigüedad, explica de manera precisa y práctica qué significa el amor de pareja y cómo construirlo y sostenerlo sin caer en falsos romanticismos.
El alma gemela, un concepto difundido de manera amplia, es un concepto real, pero no como se lo conoce comercialmente. Para la kabbalah, el alma gemela es una energía que encarna un cuerpo que viene para ayudarnos a realizar nuestra evolución espiritual. No es un ángel ni un demonio, es un ser humano con fortalezas y debilidades como cualquiera de nosotros.
¿Quiénes encuentran a su alma gemela? Kabbalah explica que es un inmenso mérito espiritual el poder encontrarla y que para ello debemos trabajar intensamente en cambiar nuestros hábitos emocionales destructivos y los pensamientos limitantes que tenemos acerca del amor y la vida en general.
El alma gemela no necesariamente es una pareja, puede ser un amigo o un familiar. Una relación de alma gemela implica lealtad, comprensión, sintonía y conexión mutua que impulsa a ambos a ir más allá de quienes pensamos que somos, nos lleva a revelar en el mundo nuestra mejor versión.
El amor en la kabbalah empieza por hacer aún cuando no tengamos el deseo de hacerlo, implica dar aún cuando siento que el otro no merece recibir, implica dejar ir mi deseo de tener la razón para permitir que la relación viva y florezca.
Además, es clave saber que no necesito tener a “mi alma gemela” para ser feliz, podemos crear esa conexión única y especial con la persona que tenemos junto a nosotros aquí y ahora. ¿Cómo lo hacemos? decidiendo cambiar en favor del amor y la plenitud mutua.
Se necesita del cambio mutuo, sí; pero alguien tiene que dar ese primer paso. Te invito a que lo des tú, te aseguro que no te arrepentirás.
Patricia Jurado
Directora e instructora de Fundación Kabbalah Ecuador
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