Cada uno de nosotros ha tenido que dejar a alguien o algo que amábamos en algún momento de la vida, muchas veces voluntariamente y otras veces involuntariamente.
Muchos dirán que el fin es solo un nuevo comienzo y en la realidad espiritual o metafísica es verdad, pero ¿qué ocurre con nosotros como seres humanos de carne y hueso mientras experimentamos ese final?
En la actualidad, sobre todo en la espiritualidad new age, hay una fuerte corriente de pensamiento que hace ver al ser humano como un ser invulnerable, un ser que solo puede ser feliz; pero la vida completa incluye momentos bajos y dolorosos también, negarlos es irreal.
La sabiduría de la kabbalah nos enseña que uno de los momentos más poderosos que tenemos en nuestra vida es cuando nos encontramos con el corazón roto, porque el corazón contiene una gran cantidad de amo (Luz) que está oculta por nuestro ego o, para decirlo en palabras más simples, por el miedo de amar.
Huir del dolor, ocultarlo con diversión o con otras formas de escape no permite que el amor dentro del dolor se revele.
Sentir, llorar es necesario, pero al mismo tiempo debemos ponernos un plazo para hacerlo, este plazo debe ser flexible, no todos los procesos son iguales; pero, es necesario tener en mente un tiempo prudencial para sentir el dolor con la finalidad de que no se instale en nuestra vida y se convierta en sufrimiento.
¿Qué podemos hacer entonces? Aquí 3 claves:
- Saber que todo en este plano material es transitorio, todo lo que amamos y lo que no amamos también, y que a veces el dolor se prolonga porque nos aferramos.
- En los casos de pareja, saber que las buenas personas cometen errores. Sí, es necesario y posible dar una segunda oportunidad.
- Recordar que los finales tienen etapas como la negación, el enojo, la tristeza, la negociación y la aceptación, debemos atravesar todas conscientemente para revelar la Luz del amor oculta en el corazón.
El fin será el fin realmente solo cuando hayamos atravesado por todas las etapas o cuando decidamos dar una segunda oportunidad empezando de cero.
A veces todo lo que necesitamos es tiempo para sentir, dátelo.
Patricia Jurado U.
Directora de fundación Kabbalah Ecuador
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