En kabbalah existen leyes espirituales que nos ayudan en el desarrollo de nuestra inteligencia espiritual, una de ellas es la ley de causa y efecto que dice que cada intención, pensamiento, emoción, palabra y acción produce en nuestra vida una reacción, llamemoslo un fruto.
Somos canales de amor o de juicio dentro de esta ley de causa y efecto para nosotros mismos y para nuestro entorno, es decir a cada instante estamos provocando momentos dulces o amargos para nosotros mismos y para los demás.
Cuando aprendemos esto y lo llevamos a la práctica a través de estar más conscientes de lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos, el caos que tenemos en nuestras vidas en gran medida se modifica o cambia. Esto quiere decir que seremos felices por siempre y comeremos perdices?
No, esto quiere decir que nuestra sombra, que en kabbalah se la llama el oponente (una fuerza que nos habita) irá mudando su forma para volver a ocasionarnos confusión y caos, pasamos de tener culpa por lo que dijimos, o hicimos y sentirnos mal con la persona afectada a tener culpa con la persona afectada y con nosotros mismos por no haber sido lo suficientemente espirituales para actuar diferente.
Empezamos a operar casi sin darnos cuenta desde un lugar al que yo llamo la culpa espiritual, nos sentimos mal por no ser perfectos.
Olvidamos que el cambio a través de la espiritualidad que ocurre en la vida diaria solo puede venir desde un lugar de amor, respeto y paciencia con nosotros mismos, para luego transferirlo a los demás, cambiamos el amor por el rigor en el juicio hacia nuestra forma de vivir.
Reconocer que somos los que tenemos que ser en cada momento, que hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos aquí y ahora y que gran parte del trabajo es reconocernos esencialmente como seres en un proceso de amor requiere mucha consciencia.
Te invito a que te perdones por juzgarte y por querer cumplir con altísimos estándares de espiritualidad que te auto impones o que te imponen y que te alejan de la bondad y la inocencia de tu alma y también te alejan de la realidad de la vida humana.
Pregúntate ¿Quien dice en tu mente o en tu vida como debe ser una persona espiritual?
Yo lo estoy haciendo, esto te permite fluir con tu crecimiento en lugar de querer acelerarlo, agrega a la visión que tienes de ti mismo un lente más realista y más amoroso, avanzar sin prisa pero sin pausa es encontrar el equilibrio en el camino.
¿ Te has juzgado por no poder responder siempre de la manera más espiritual a la vida?
Patricia Jurado U.
Patricia es directora–fundadora de “Fundación Kabbalah Ecuador” e instructora. Desde sus plataformas comparte esta sabiduría, es pionera en la difusión del método de Kabbalah de Casa y la plataforma Ingenieria para el alma para Latinoamérica y Miami.
Escribió 7 Principios Kabbalistas para educar a nuestros hijos, su podcast “Kabbalah es simple” tiene un gran público alrededor del mundo.
Síguela en: www.vivirkabbalah.com Instagram: @patriciajuradou, Spotify: Kabbalah es simple.
Se formó como conferencista con Ismael Cala en Miami, es ecuatoriana y madre de dos hijos.