La cura para el odio

Por: Patricia Jurado Directora e instructora

1 marzo, 2021

Comparte en tus redes

Comparte en tus redes

Todos hemos sentido en algún momento este sentimiento o al menos pensamientos relacionados a esta emoción provocados por todo tipo de circunstancias, a veces lejanas a nosotros y a veces cercanas.

Pensamos que el odio es lo opuesto al amor, pero la kabbalah enseña que lo opuesto al amor es el miedo, no el odio. Entonces, ¿de dónde proviene el odio o qué es el odio? 

El odio es el resultado de una situación que nos causó dolor. Odiamos a alguien o algo cuando nos sentimos víctimas de esa persona o de esa circunstancia.

Podemos odiar incluso a quienes están más cerca nuestro como a nuestros padres, hermanos, ex parejas, familia política y un largo etcétera.

Incluso podemos odiar sin ninguna razón, lo que en kabbalah se llama “Sinat Jinam”, odio gratuito. Nuestro ego nos dice que si encontramos la razón correcta está bien odiar.

Dicho en palabras kabbalistas: odiamos cuando dejamos de ser la causa de nuestra vida y empezamos a ser el resultado de lo que los demás hacen o dicen. Entregamos el control de nuestro corazón a otro.

Cada vez que le entregamos a otro poder sobre nuestras emociones y sentimientos nos colocamos en un lugar vulnerable, porque todos fallamos, todos nos equivocamos y podemos herir profundamente a quienes amamos.

El perdón merece un capítulo aparte, pero empecemos por saber que la cura para el odio es la “compasión”. Compasión es saber que las personas son el resultado de su educación y de sus propias experiencias, son el resultado de su capacidad o incapacidad de transformarse. Todos tenemos una chispa divina que es buena, que es amor, y esa chispa se va ocultando por distintas razones, pero nunca desaparece.

Observar a quienes nos han dado razones para odiar desde un lugar de compasión, entendiendo que ellos y sus comportamientos son el fruto de dolores no superados, de traumas no sanados, de soledad, de miedo y desconexión espiritual nos permite mirarlos con compasión y dejar de sentir odio, aun cuando nuestros egos nos den buenas razones para hacerlo.

Compadecer sana el odio, cuando sanamos el odio también permitimos que el amor que sentimos venga de un lugar genuinamente puro.

Ganas tú, ganamos todos. El mundo necesita más compasión.

¡Hasta el próximo lunes!

Patricia Jurado

Directora e instructora 

Fundación Kabbalah Ecuador

www.fundacionkabbalah.com

Instagram: @patriciajuradou

@fundacionkabbalahecuador

Spotify: Kabbalah es simple

Slider
Slider
Slider

Status Recomienda

Slider

Suscríbete a nuestro boletín

Únete a nuestra lista de correo para recibir las últimas noticias y actualizaciones de nuestra revista.

Gracias por suscribirte.

Pin It on Pinterest