Guaranda, una joya escondida en los andes centrales del Ecuador

Por: Luis Maldonado-Robles Fotografía: Juan Carlos Bayas

25 enero, 2021

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El viaje por carretera desde Ambato hasta Guaranda nos permite admirar desde diversos ángulos y con creciente cercanía al majestuoso Chimborazo. El nevado más alto del Ecuador, con sus 6.310 metros de altura sobre el nivel del mar, fue recientemente reconocido como el punto más lejano desde el centro de la Tierra dada su ubicación Ecuatorial y, por la misma razón, el punto más cercano al Sol.

Con tantos y tan espectaculares atributos, las vistas del Chimborazo nos maravillan y emocionan, y tenemos que hacer frecuentes paradas para tomar fotografías del imponente coloso y los impresionantes paisajes andinos que lo rodean.

Esta es la introducción a un mundo mágico y poco conocido, quietamente escondido detrás del Chimborazo, en sus flancos occidentales: la maravillosa provincia de Bolívar y su histórica capital, Guaranda.

Ahora empezamos a descender nuevamente hacia hermosos valles interandinos, literalmente “colgados” de los flancos occidentales del gran Chimborazo. De a poco se empiezan a develar ante nuestros ojos, bellísimas terrazas naturales cubiertas de sembríos de maíz, trigo, legumbres y vegetales, campo increíblemente bucólico que se nos presenta como un lienzo multicolor donde prevalecen decenas de tonos verdes, amarillos, rojos y anaranjados.

Los campesinos con sus trajes también multicolores todavía labran la tierra y trabajan el campo manualmente en la soleada tarde y algunos nos saludan con cálida hospitalidad al paso de nuestro vehículo.

Entre paisajes de ensueño llegamos a Guanujo, pequeña población rural con todo el encanto de los pueblitos andinos del Ecuador, que nos sirve de antesala para nuestro destino en este viaje.

Pocos minutos más tarde estamos entrando ya a Guaranda, llamada “ciudad de las siete colinas”, rodeada de cerros, paisajes andinos inenarrables.

Nuestro ingreso al casco central de la ciudad lo hacemos a través de la emblemática Plaza Roja. Este sitio, cargado de historia es el epicentro de los más importantes eventos sociales, musicales, políticos, deportivos y culturales de la ciudad y sin duda uno de los más famosos “puntos calientes” de la festividad, durante los ya internacionalmente famosos Carnavales de Guaranda.

Con el atardecer atravesamos varias angostas callejuelas, la mayoría de ellas adoquinadas y flanqueadas por casas de dos plantas de estilo neo-republicano. Las construcciones tienen la invariable herencia colonial, varias de ellas todavía de adobe y bahareque, otras con materiales más contemporáneos pero todas con un sello arquitectónico uniforme que nos habla de una ciudad ordenada y que cuida su patrimonio en cada detalle.

Con la última luz llegamos al Parque Central, mejor conocido como Parque Libertador, en honor a Simón Bolívar, frente al cual se encuentra nuestro pequeño pero confortable y acogedor hotel que nos albergaría durante esta corta visita a Guaranda.

Una primera y corta exploración del Parque principal de la tranquila ciudad nos genera una singular sensación de relajamiento y un ambiente de paz que nos alegra el espíritu.

Nos dirigimos a un agradable restaurante situado en el otro extremo del parque. Allí, para nuestra sorpresa, nos encontramos con un menú fusión entre francés, italiano y algo de ecuatoriano, que degustamos con apetito y no pocas muestras de admiración por hallar este tipo de comida internacional en una ciudad pequeña y todavía de poco desarrollo turístico.

El bullicio de los parroquianos en esta noche de viernes nos habla de una población que ama la diversión, el buen comer y, por qué no, un trago típico (el más que famoso y emblemático “pájaro azul”); un vino o cerveza, de la mano de una amena y cada vez más encendida y entusiasta charla, matizada con bromas y risas.

Nos despertamos temprano para tomar un rico desayuno local en el hotel con aromático café, frutas de costa y sierra, quesos de la provincia y panecillos preparados en horno de leña. Frente al hotel puedo observar, ahora con luz diurna, a la señorial Catedral de Guaranda, con su fachada de piedra labrada que culmina en dos altas torres simétricas. El templo es un compendio de estilos barroco, mudéjar, renacentista y hasta gótico. En su interior se encuentra una bien lograda combinación de elementos arquitectónicos como sus arcos de medio punto, hasta las hermosas pinturas y esculturas coloniales y neo-coloniales así como sus capillas con hermosos tallados de madera.

Al salir de la Catedral y mirando hacia el Parque Libertador, de golpe me llama la atención una vista casi mágica: perfectamente enmarcado entre dos altas palmeras andinas que rodean el parque y como telón de fondo un cielo intensamente azul, la figura inconfundible del colosal Chimborazo con su manto blanco de nieves brillando bajo los rayos dorados del sol.

El parque tiene una jardinería colorida y en el centro se destaca la estatua del Gran Libertador Simón Bolívar.

Recorremos a pie el hermoso centro histórico de la ciudad para admirar sus coloridas casas de dos plantas con sus coquetos balcones y puertas primorosamente talladas en madera. Rolando, nuestro guía, nos explica que todas estas características llevaron a que, en 1997, Guaranda sea declarada ciudad Patrimonio Cultural del Ecuador. Visitamos la Plaza 15 de Mayo, el hermoso complejo lacustre y campestre de “Las Cochas” y luego nos dirigimos hacia algunos de los espectaculares miradores que tiene la ciudad, más aun esta que tiene siete colinas a su alrededor.

Uno de los principales miradores es el de Cruz Loma y en él se encuentra el Museo del Indio Guaranga, presidido por la imponente escultura exterior, tallada en piedra, del Indígena Guaranga (de ahí el nombre de la ciudad), símbolo de la etnia que pobló estas tierras en tiempos pre-colombinos cuando eran parte de la confederación Puruhá, a su vez parte del legendario reino Quitu-Cara.

Guaranda y sus alrededores poseen un amplio y rico legado histórico, y sigue siendo un punto estratégico para el intercambio comercial entre Costa y Sierra del Ecuador, por la cercanía con las planicies de la costa centrosur del país.

Los mercados populares de la ciudad y la zona son la mejor muestra de esa diversidad de productos, artesanías y riquísima diversidad étnica y cultural.

Es hora de almorzar y, como nos habíamos propuesto, es el momento propicio para degustar de las delicias de la gastronomía local. No podíamos dejar de probar los deliciosos “chihuiles”, hechos a base de maíz cocido, rellenos de queso y envueltos en hojas de la misma planta; unos riquísimos tamales y tortillas de maíz, todo preparado en tiestos de barro y acompañados de ají de maní. Tampoco podía faltar el cuy, crujiente y dorado con sus infaltables papas cocidas y salsa de maní. De postre y junto a un perfecto bajativo de “pájaro azul”, aguardiente destilado y fermentado que adopta un color azulado, probamos unas ricas “elenitas”, dulces tradicionales de la ciudad.

No se puede hablar de Guaranda sin mencionar su celebérrimo carnaval, sin duda el más famoso del Ecuador y uno que viene cobrando fama e importancia internacional. Este evento que ancestralmente se realiza en honor a la siembra y a la fertilidad de la tierra, dura una semana entera, la que transcurre entre coloridos desfiles con personajes icónicos como el “taita carnaval”, la “mama Carnaval”, “los piratas”, las reinas y muchos personajes más que recorren la ciudad al ritmo frenético de canciones y música tradicional, sincronizadas con graciosas y rítmicas coplas, al tiempo que la población se enfrasca en amigables pero intensas batallas que consisten en mojarse unos a otros con agua, colonias, huevos, harina y otros ingredientes en una suerte de catarsis cultural, social y anímica que propicia el espíritu desinhibido y la algarabía que fomenta el Carnaval.

Ningún ecuatoriano debe dejar de vivir, al menos una vez en la vida, la experiencia de un carnaval de Guaranda. Los visitantes extranjeros que con creciente interés llegan a esta gran fiesta popular, se van invariablemente fascinados por haber sido parte de una experiencia intercultural de inmenso colorido, alegría e intensidad.

Sin duda Guaranda y la provincia de Bolívar (sobre la que escribiremos más en el futuro) son auténticos “tesoros escondidos” de nuestro lindo Ecuador.

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